Insider de Silicon Valley se beneficia de la política de inteligencia artificial de la Casa Blanca

21

David Sacks, un destacado capitalista de riesgo y asesor tecnológico clave del presidente Trump, ha aprovechado su posición en el gobierno para promover sus intereses y los de su red de Silicon Valley. En julio, Sacks organizó una cumbre sobre IA cerca de la Casa Blanca, donde Trump dio a conocer un “Plan de Acción sobre IA” redactado en parte por el propio Sacks. Este evento y las decisiones políticas posteriores han posicionado a Sacks y sus asociados para beneficiarse significativamente de la industria de la IA en rápida expansión.

Influencia directa en la política

Sacks, designado zar de la inteligencia artificial y las criptomonedas de la Casa Blanca, ha presionado activamente por la desregulación y el trato preferencial para las empresas de inteligencia artificial. Esto incluye acelerar las aprobaciones gubernamentales para proyectos que beneficien a actores importantes como Nvidia y AMD, lo que podría sumar hasta 200 mil millones de dólares en nuevas ventas. Algunos funcionarios dentro de la administración han expresado su preocupación de que las políticas de Sacks a veces prioricen los beneficios de la industria sobre las consideraciones de seguridad nacional.

Conflictos de intereses

Un análisis del New York Times de divulgaciones financieras revela que Sacks posee 708 inversiones en tecnología, incluidas al menos 449 participaciones en empresas directa o indirectamente vinculadas a la IA. Muchas de estas empresas están clasificadas como empresas de software o hardware en sus presentaciones, a pesar de promocionarse como empresas de inteligencia artificial. Esto crea un claro conflicto de intereses, en el que Sacks simultáneamente da forma a las políticas y se beneficia financieramente de los resultados.

Aprovechar el acceso gubernamental para beneficio personal

Sacks también ha utilizado su papel en la Casa Blanca para promover su podcast semanal, “All-In”, en el que busca patrocinios por valor de 1 millón de dólares para acceder al presidente Trump y a los líderes de la industria de la inteligencia artificial. Una propuesta vista por The Times muestra que inicialmente se planeó que la cumbre fuera organizada por “All-In”, y los patrocinadores obtendrían acceso exclusivo a cambio de contribuciones financieras sustanciales.

Esta situación pone de relieve un patrón en el que un miembro de Silicon Valley ha desdibujado los límites entre el servicio público y el enriquecimiento personal, planteando cuestiones éticas sobre el tráfico de influencias y la captura de políticas dentro de los niveles más altos del gobierno.