La mayoría de los oyentes no pueden distinguir entre la música creada por humanos y la música generada enteramente por inteligencia artificial (IA), según una investigación reciente. Un estudio realizado por el servicio de streaming Deezer e Ipsos encontró que el 97% de las personas tienen dificultades para identificar las pistas generadas por IA en comparación con la música creada por humanos. Esto plantea preguntas críticas sobre el futuro de la creación y el consumo de música y el valor de la autenticidad artística.
El experimento y sus matices
En el experimento inicial de Deezer participaron 9.000 participantes que escucharon tres pistas (algunas creadas por IA, otras por humanos) y se les pidió que identificaran las generadas por IA. El umbral de fracaso era alto: perder incluso una identificación correcta significaba que se consideraba que el participante era incapaz de distinguir entre las dos.
Sin embargo, cuando se analizaron de manera diferente, los resultados fueron menos dramáticos. Los participantes identificaron correctamente las pistas generadas por IA el 43 % de las veces si sus respuestas no se agruparon como un fracaso colectivo. Algunos incluso adivinaron incorrectamente intencionalmente, creyendo que una pista con un sonido particularmente pobre debe haber sido creada por humanos como parte de un truco.
Preocupaciones por la transparencia y respuesta de la industria
La incapacidad de diferenciar entre la IA y la música humana dejó al 71% de los participantes sorprendido y al 51% incómodo. Más de la mitad (51%) teme que la IA inunde el mercado con contenido genérico de baja calidad. Sin embargo, sorprendentemente, sólo el 40% dijo que automáticamente se saltaría la música de IA si conociera su origen.
Esto plantea un problema importante: transparencia. Un rotundo 80% de las personas quiere que la música generada por IA esté claramente etiquetada. Deezer está tomando medidas para abordar esto, desarrollando un sistema para detectar y etiquetar automáticamente el contenido creado por modelos como Suno y Udio, excluyéndolo de las recomendaciones algorítmicas.
Spotify también está respondiendo pero con un enfoque más cauteloso. Está implementando políticas para combatir el spam y la suplantación de identidad impulsados por la IA, pero se niega a comprometerse con un etiquetado general de la música de IA. En cambio, propone un sistema de crédito “matizado” que depende de que los artistas y los sellos revelen por sí mismos el uso de la IA.
La magnitud del problema y las posibles soluciones
El gran volumen de música generada por IA que se carga es asombroso. Deezer recibe más de 50.000 pistas de IA diariamente, lo que representa el 34% de toda la música añadida. A pesar de esta afluencia, la música de IA actualmente representa solo el 0,5% del total de transmisiones, en su mayoría fraudulentas.
Los expertos enfatizan que el problema central no es técnico, sino ético. Manuel Moussallam, director de investigación de Deezer, sostiene que la transparencia y la acción responsable por parte de los creadores, distribuidores y plataformas son cruciales.
El futuro de la creación musical
Si bien las preocupaciones sobre que la IA reemplace a los artistas humanos son válidas, muchos siguen siendo optimistas. Holly Herndon, una artista que utiliza IA en su trabajo, cree que “el hecho de que cualquiera pueda crear kitsch pulidos no significa que a nadie le importen esas canciones ”.
La encuesta mostró que el 70% de los encuestados teme que la IA perjudique el sustento de los músicos, y el 64% cree que podría sofocar la creatividad. Sin embargo, Moussallam sugiere que la IA probablemente se integrará en los procesos creativos en lugar de eliminar la participación humana.
En última instancia, el auge de la música generada por IA obliga a considerar el valor de la autenticidad, la necesidad de un etiquetado claro y la relación en evolución entre humanos y máquinas en el mundo del arte. La pregunta ya no es si la IA puede crear música, sino cómo garantizamos que no socave la integridad de la industria.
